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sábado, 27 de febrero de 2010

¿MALDICE DIOS A ALGUNAS PERSONAS?

"Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre te arrastrarás y polvo comerás todos los días de tu vida (Gn. 3-14)." Con estas palabras se dirige Dios al primer ser que se maldice en la Biblia: Satanás. Por lo visto, en un principio las serpientes no se arrastraban, sino que debían ser animales favoritos que inspiraban especial confianza a Adán y Eva. Después de la maldición, Dios deja a la serpiente sin cuerpo. Una mera columna vertebral que se arrastra por el suelo tragando polvo.
¿Por qué maldijo Dios a Satanás? Porque engañó a Eva y ésta a Adán. La mentira es enemiga de Dios y Satanás les dijo "no moriréis. Pero Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal."
Menudo engaño: murieron, se cerraron los ojos para siempre, no fueron como Dios, si conocieron el bien y el mal. Mejor era cuando solo conocían el bien, el mal es muy malo, mortal. No solo trajo maldición a la serpiente, sino a Adán, Eva, su descendencia y la Tierra.
Toda la Biblia es una narrativa de sucesos de esta lucha del bien contra el mal. La verdad contra la mentira, Dios contra Satanás, obediencia contra desobediencia, etc.
Se puede decir que toda desobediencia a Dios, si no se arrepiente pronto, trae maldición divina. Veamos algunos ejemplos:
1. Dios maldice a Caín después de matar a Abel. También maldice la tierra que tragó la sangre del inocente.
2. Dios dijo a Abraham: Bendeciré a los que te bendigan y a los que te maldigan maldeciré. No solo a Abraham, hay muchísimas personas que a mí me han maldecido, dejandome a deber dinero o impidiéndome abrir mi negocio sin limitaciones y lo que Dios les ha hecho solo tiene un nombre MALDICION. Y la historia continúa, tengo malos presagios para algunos. También veo bendición para muchos que me han bendecido de distintas maneras. Mi caso es uno más de la historia de la cristiandad.
3. Conociendo Jacob que hacer trampas y engañar trae maldición divina, se dispone a desobedecer a Rebeca, su madre que le hace una propuesta sorprendente (Gn. 27:12-13).
Rebeca, también intuye la maldición y libra a su hijo Jacob, diciéndole que la maldición caiga sobre ella y no sobre él.
4. Jacob toma la bendición de su padre Isaac. ¿Y qué le dice Isaac? Después de una serie de bendiciones concluye: "Malditos sean los que te maldigan y benditos los que te bendigan". Miren la historia de Israel, los que bendicen la descendencia de Jacob (U.S.A., Reino Unido y otros) son bendecidos y los que la maldicen (países vecinos, Alemania nazi y otros) son malditos. Por esto muchos cristianos oramos para que haya paz y no maldiciones en el mundo y en especial por Israel y el Oriente Medio. No olvidemos de orar por la paz de Jerusalén. Es un mandamiento universal y contínuo (Salmo 122.6). Recordemos que el Cielo es la Santa Jerusalén, donde tenemos esperanza de ir para siempre, donde hay paz y orden bajo el reinado de Jesús. El primero en maldecir a Jacob, debía ser su hermano Esaú, por haberle quitado la bendición que le correspondía si su madre no hubiese intervenido. Dicen algunos comentaristas que parte de la descendencia de Esaú está en los países vecinos de Israel.
Continúa así cientos de pasajes más.
¿SOLO MALDICE A PERSONAS Y A ESTE MUNDO?
No, también existe un juicio a las naciones. ¿Cómo será posible si en todas las naciones hay obedientes y desobedientes a Dios?
A mi parecer será un juicio de aciertos y errores de los gobernantes.
Tenemos el ejemplo de Salomón. Su padre David nunca conoció la paz duradera y Salomón hereda un reinado de paz y prosperidad. Para ello no solo pone la fe, sino que la acompaña con obras para ser consecuente. Dios le da sabiduría y la pone en práctica. Se dispone a juzgar a su pueblo. No deja los juicios para el día siguiente. Si lo hiciera empobrecería a la parte afectada. Cobra prestigio en el juicio en el que dos prostitutas dicen ser la madre de un niño. Las naciones le rinden tributo y Dios las bendice por haber bendecido a Salomón. En su reino había tal riqueza que la plata no tenía valor.
Lo que vemos actualmente en los políticos es una corrupción anticristiana: legalización de aborto, juicios con años de atrasos y a menudo injustos, una mala gestión del dinero público (sobran funcionarios, escándalos y lo que no sabemos).
En una ocasión me dijo una mujer que está a favor del aborto que ella es dueña de su cuerpo y no aceptaba gestar un embarazo si ella no quería tener el hijo. Evidentemente, tal mujer ha decidido vivir de espaldas a Dios. Tendrá su propio juicio como todos los mortales cuando llegue el momento. Dios, el autor de la vida y también del orden le explicará unas cuantas cosas que ahora no quiere aceptar. Lo mismo que le pasó al faraón con Moisés. Lo que como cristiano no puedo aceptar de mi nación es que se le otorgue el visto bueno del gobierno, porque ello afecta negativamente al resto de ciudadanos. No acepto que mi país se vea manchado con la sangre inocente por unas leyes anticristianas que aceptan el crimen de los embriones.
Tales leyes traerán maldición. Ya se que pretenden quedar bien con todo el mundo (menos el embrión que no tiene voz ni voto). Otorgan libertad para que el que quiera abortar lo haga y el que no quiera no lo haga. Pero Dios es el autor de la vida y Satanás de la muerte. El juicio será severo. Que sea para la abortista y los médicos criminales, pero que no se manche el Estado, de lo contrario lloverán calamidades.

sábado, 20 de febrero de 2010

MISION DE LOS DOCE DISCIPULOS

En el evangelio de Lucas 9:1-6, leemos:
"Reuniendo a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Les dijo: No toméis nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. En cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid. Dondequiera que no os reciban, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos. Y saliendo, pasaban por todas las aldeas anunciando el evangelio y sanando por todas partes (versión Reina Valera 1995)".
Nos encontramos en un pasaje bíblico que a través de los siglos ha acarreado polémica entre la cristiandad. Jesús hace la promesa a sus doce discípulos reunidos (incluido Judas Iscariote) que les da el poder especificado a ellos. Pero muchos cristianos han interpretado que dicho poder es propio de todos los seguidores de Jesús. Vemos en las iglesias evangélicas los dones que Dios da a personas, vemos que tenemos poder contra el mal, ¿pero sanar enfermedades?.
Evidentemente que todos los cristianos no tenemos tal poder. Es cierto que milagros nunca han faltado en la historia, pero ¿alguien se imagina a un siervo de Dios entrar en un hospital donde hay cientos de ingresados y mandarlos a casa sanos por su propio pie?. El propósito de Dios con los apóstoles era fundar la Iglesia y les dió poder para que así fuera. Ahora ya no se aparecen lenguas de fuego cuando uno recibe el Espíritu Santo. Al principio era así porque Dios estableció algo nuevo en la humanidad y tenían que conocerse entre ellos.
Mi hijo mayor es discapacitado, por más que ore con mi esposa, no se sana. Mi esposa, es Pentecostal. Cuando nació nuestro hijo pensaba que era por falta de santidad nuestra; que era un castigo de Dios por alguna culpa nuestra y se atormentó mucho tiempo hasta que aceptó la realidad de tener un hijo discapacitado. Lo mismo le sucedió a Marcos Vidal y tantos otros.
Yo soy Bautista, y los que saben de los unos y otros, pueden imaginarse el show en mi casa.
También sucedió algo con unos espiritistas que veían en mi un poder superior a Satanás. Llegaron a preguntarme que por qué no sano a mi hijo. Esto es cierto. Los cristianos hemos vencido al mal; a todas las tentaciones del diablo. Nos entregarmos con todas nuestras fuerzas, toda nuestra alma y todo nuestro corazón a Jesús.
Muchos espiritistas han seguido a Satanás engañados por verlo como Todopoderoso. En realidad es Dios quien reparte el poder. En el versículo 1 lo hemos leído. Si no hubiese sido así, no seríamos cristianos.
Todos las personas son pecadoras en mayor o menor grado. Para ser cristianos, han tenido que despojarse del amor al pecado, arrepentirse del mal que han hecho, condenar la mentira y el engaño para vestirse de santidad y vivir en obediencia a Dios.
Vemos que hay que obrar consecuentemente para tomar el regalo gratuito de la salvación. Dios nos perdona si nos arrepentimos, pero arrepentirse no es engañar a Dios. Dios sabe si el arrepentimiento es verdadero y total o no. ¿Condenamos todo pecado cuando hacemos una oración a Dios para que nos reciba como hijos suyos?
En las Iglesias no faltan asistentes inconversos. Son personas que se encuentran bien entre los cristianos porque encuentran un ambiente sano, ¿pero ellos ofrecen lo mismo? Casi siempre hay un pecado o dos que cuestan de sacudir. Quiero decir, que no se arrepienten con facilidad. Esto que en un principio es normal, puede resultar fatídico si se convierte en una costumbre duradera. Puede suceder que la persona acabe acostumbrándose a andar no con Jesús, sino de manera más o menos paralela.
Si la persona va bastante tiempo a la Iglesia y no se convierte, sino que acepta andar en paralelo, está tragando el veneno del conformismo. Dicho estado es de condenar, porque Jesús no es su Dios y Señor y por tanto carece de Salvador. ¿Para qué se autoengaña desperdiciando su vida yendo a una iglesia?. Me consta que en algunos países, muchos feligreses, la mayoría de la iglesia, acude solo por costumbre, pero no han nacido de nuevo.
Quiero hacer una oración para aceptar a Jesús, ¿me siguen?
"Señor Jesús: Te pido perdón por todos mis pecados. Sabes mis debilidades, que no tengo fuerzas para creer que no pecaré jamás. Pero creo que tú eres Dios, te hiciste hombre y viniste a este mundo a morir por nuestros pecados. Te pido que me aceptes como Hijo tuyo. Quiero recibir el Espíritu Santo, que entre en mí para toda la eternidad. Creo que tu Espíritu me dará fuerzas para combatir el mal, para serte fiel. Después de la muerte, quiero estar toda la eternidad en tu Reino, Señor. Tú has muerto por mí, ahora yo quiero vivir para tí."
Si has echo la oración con todas tus fuerzas, toda tu alma y todo tu ser, eres Hijo de Dios y salvo para toda la eternidad. Lee la Biblia, es alimento espiritual para el alma. Vive en obediencia a su palabra y procura no pecar. Si pecas, arrepiéntete cuanto antes. No permitas que el pecado arraigue en tí y crezca como la mala hierba.
Ve a una Iglesia Evangélica y explícale tu conversión al Pastor.
Si no te has convertido, si no has notado que el Espíritu Santo ha entrado en tí a pesar de la oración, es que tienes que descubrir el motivo. Normalmente es que hay algún pecado que no condenas y por tanto no entra el Espíritu Santo.
No es éste el único motivo por el cual no puede convertirse una persona. En mi caso, me costó convertirme porque no veía justo que Dios me hubiese creado pecador. Cuando me explicaron que yo en lugar de Adán y Eva, tarde o temprano hubiese echo lo mismo que ellos, me entró el Espíritu Santo inmediatamente. Orad sin cesar, dice la palabra. Que Dios les bendiga.